sábado, 28 de mayo de 2016

El último Salón del Comic de Barcelona al que voy

Después de unos cuantos años superándose en mierdismo, el Salón del Comic de Barcelona por fin ha superado mi límite de tolerancia. No puedo más.





He llegado a la conclusión de que aquello esta montado para capullos, adolescentes pajilleros y gente que se disfraza. Los verdaderos aficionados al comic que van allí son minoría.

Es como una especie del día de Sant Jordi, donde la gente tiene que salir a la calle y comprarse un libro por obligación/tradición. Supongo que lo cual es bueno para el negocio, pero no necesariamente para la literatura.

Toda mi experiencia se puede resumir en una frase:



"Me he gastado más dinero en las entradas, que en comics"



Para comprarme una novedad que me interese voy a una tienda de comics.

Que me firmen un comic sería un buen incentivo, pero Frank Miller estaba muy solicitado y no me apetece hacer una cola ridículamente larga. Lo mismo con Ibáñez.

No me apetece tampoco hacer cola para hacerme una foto con un R2D2 de cartón.

Si quiero comerme un bizcocho bañado con chocolate, me lo hago en casa.

No quiero camisetas frikis. Ni chapas. Ni muñequitos de manga.

Tampoco quiero un maldito videojuego de segunda mano.

¿Hace falta que siga?



Esto es lo que me he comprado este año por 10€:



Lo sé, absurdo.

Ya no tengo espacio de almacenaje disponible para comprar a discreción, así que hay que seleccionar muy bien lo que llega a casa. En este caso, ofertas imposibles de rechazar.




Eso sí, una de las pocas cosas que nunca defraudan son los originales que puedes ver:













Y para más recochineo, el año que viene tendría que pagar la entrada de mi pequeño vástago, que ya tendrá 3 años... una buena forma de fomentar la lectura y los comics entre los más pequeños, sí señor. Se lo curran mucho estos del FICOMIC.


En fin, lo dicho, que no merece la pena pagar y perder tiempo en eso tal y como esta montado.


HABÉIS PERDIDO UN VISITANTE. QUE OS DEN POR EL CULO.


¡Hasta la vista, frikis!






viernes, 20 de mayo de 2016

Los Aristogatos vista por un friki

Hace poco, para ir introduciendo a Juls Jr. en el maravilloso mundo del séptimo arte, le puse la película: "Los Aristogatos", de Walt Disney en la tele. A él pareció gustarle, aunque se cansó a la mitad del metraje, pero a mí el argumento me resultó extrañamente perturbador. Voy a hacer un resumen de lo que ví para que otros padres se lo piensen antes de exponer a sus hijos pequeños a según qué películas:



A la vieja loca de los gatos parece que le ha tocado la lotería, porque ahora tiene una casa enorme con habitaciones que parecen campos de fútbol sala y tiene un criado con cara de estreñido que la lleva de paseo en carruaje y todo.



Como la loca delos gatos ya esta chocha y a punto de palmar, decide hacer testamento con un abogado igual de chocho que ella, pero que esta más salido que el pico de una mesa. Como la señora ya esta más para allá que para acá, se le va la perola definitivamente y le deja toda la pasta de la lotería a los putos gatos.

Y yo no digo que la gata esa sea un poco puta, pero tiene tres gatitos pequeños y los tres son de colores diferentes... blanco y en botella. Supongo que a la película la llamaron Aristogatos para mantener las apariencias, pero esa Duquesa tiene más de cortesana que de aristócrata. Y tampoco quiero extender rumores, ya me conocéis, pero entre los gatos del vecindario la llaman "la abrefácil".




A todo esto, el criado, que es un poquito cabrón y está hasta los cojones de limpiar mierda de gato por todas partes (lo cual es comprensible), se entera de que tendrá que seguir haciéndolo incluso después de que palme la vieja, así que ni corto ni perezoso esa noche droga a los gatos y se los lleva en una moto para tirarlos a tomar por culo debajo de un puente.

A la mañana siguiente la gata se despierta con una resaca de cojones y el cuerpo magullado y piensa: "Mierda, a saber de qué color me saldrá el próximo gatito...", pero se da cuenta de que no esta en su casa y de que algo va realmente mal.

A todo esto aparece por allí un gato callejero vacilón, que parece sacado de Gandía Shore y, descubriendo a la Duquesa un poco confusa, empieza a tirarle los trastos a lo bestia con la idea de tener un frotamiento mañanero con una pija de forma fácil y limpia, dos cosas a las que no parece estar muy acostumbrado, la verdad.




Pero de repente, el GandíaShore gatuno ve a los tres gatitos pequeños y piensa que, a lo mejor, un frotamiento rapidito con lo que parece ser una MILF gatuna no merece la pena teniendo en cuenta que puede complicarle toda la puta vida. Así que, como quiere sacarlos de allí, decide ayudarlos acompañándoles a su casa. Bueno, y así tiene más tiempo para averiguar si a la pija le interesa un follamigo sin compromiso.

Durante el camino se encuentran con dos gansas que son el epítome del cuñadismo: sabelotodos, siempre señalando que lo haces todo mal y diciéndote lo que tienes que hacer. Luego se encuentran con un ganso completamente borracho para gran regocijo de las cuñadas y la pija.

Una vez llegados a París, el gato lleva a la pija y a sus hijos a una Rave en una casa okupada llena de gatos indeseables que van hasta arriba de sustancias psicotrópicas y pasadísimos de vueltas... al final la rave se traslada a otro sitio y ellos se quedan en esa buhardilla okupada donde el GandíaShore le tira los trastos a tope a la pija, que parece que al principo se deja, pero al final se hace la estrecha, la muy calientapollas.





A la mañana siguiente, los gatos se dirigen a su casa para volver con la vieja de los gatos, pero les abre el hijoputa del mayordomo que los mete en un saco y los esconde haciéndose el loco delante de la vieja.

El gato callejero, que aunque no ha mojado el churro, se ha encariñado con la pija y los niños, manda a buscar a sus amigos de la Rave (que van tan pasados de vueltas que casi matan al mensajero) y se lía a hostias en plan chungo con el mayordomo, hasta que llegan sus colegas y se lía parda. Al final logran reducir al mayordomo encerrándolo en un baúl que iba a África.

Una vez en casa con la loca, la pija consigue convencer al gato callejero de que se quede y la ponga a 20 uñas, así que para celebrarlo se montan una RAVE brutal. Los cachorrillos siguen allí viéndolo todo y absorbiendo esas malas influencias. Mi opinión es que los servicios sociales deberían actuar cuanto antes.

La recomiendo a padres que quieran que su hijo sea un GandíaShore o que su hija se convierta en una "abrefácil".


¡Hasta la vista frikis!





jueves, 12 de mayo de 2016

Mi hijo el destructor

Mi vástago ha decidido no esperar a la adolescencia para oponerse a los deseos y obras de su padre, iniciando una cruzada de destrucción de consecuencias apocalípticas... tanto me ha impactado su nueva conducta que he decidido embarcarme en un proyecto artístico-fotográfico al que he llamado: LA BELLEZA DE LO EFÍMERO.


A esta obra la llamé:

LA TORRE EFÍMERA DEL HECHICERO


Duró 27 segundos en pie antes de que Juls Jr. decidiese que su altura y belleza sin igual podían eclipsar su control total sobre el mundo y tal afrenta debía de ser segada sin piedad de la faz de la tierra.



A esta construcción la titulé como:

RASCACIELOS EFÍMERO


La destrucción cayó sobre este hermoso edificio como si fuera el implacable puño de un Dios furioso, sin contemplaciones ni resentimientos. Destrucción total. Entropía. Lo peor es que mientras lo hacía, tarareaba una alegre canción...



Mis esfuerzos en esta obra tampoco fueron apreciados:

LANZA DE ORGULLO EFÍMERO



Esta vez ni siquiera le dedicó mucho tiempo a la destrucción, la tiró abajo con desdén. De una patada despreocupada. Esa desgana incluso dolió más.


A esta foto la he titulado:

TEMPLO EFÍMERO DE LOS MIL ARCOS




En esta ocasión, mientras destruía el templo con una mano, me miraba fijamente a mí, creo que para observar y analizar mi reacción de dolor y frustración al ver mi obra destruida como si no fuera nada para él. Está aprendiendo.

Está aprendiendo y me da miedo.


En esta ocasión, mis esfuerzos por crear algo incluso más ambicioso, al estilo de Rapture, pero en la superficie, no parece que hayan impresionado a mi hijo que sigue empeñado en su cruzada de destruir todo lo que construye su padre:

LA CIUDAD ETERNEFÍMERA



Como veis, incluso le construí un método de transporte a su alrededor, para mejorar la vida a los ciudadanos que residen en el extraradio de esta maravillosa ciudad imaginaria.

Y cinco segundos después de aparecer mi retoño...





Observad y temblad ante la destrucción que un simple chiquillo puede desatar sobre la tierra...


¡Hasta la vista Frikis!




sábado, 7 de mayo de 2016

Wife quote of the week XI: Se giran las tornas

Como mi parienta se levanta a las 6 de la mañana para ir a currar, yo soy el encargado de levantar a Juls Jr., darle de desayunar, vestirle y llevarle a la guardería, pero... intuyo que él preferiría que fuera su madre porque llora, intenta pegarme y grita llamando a su madre cuando descubre que es su padre el que esta a su lado y no su adorada mamaíta.





Una amiga de mi señora ha tenido un segundo hijo, y parece ser que el primero, como tiene algo de celos, castiga a su madre llamando a su padre a gritos.


- A mí, si Juls Jr. me ignorase y te llamase a tí, me dolería mucho.

- No pasa nada porque Juls Jr. quiera ir con su padre un ratito en lugar de estar siempre con su madre, ¿no?

- ¡Pero es que lo hace cuando no está su padre!

- ¿Comorl? ¡¡¡Eso me pasa a mí cada puta mañana!!!

- Ah, es verdad.




¡Hasta la vista, frikis!



domingo, 1 de mayo de 2016

Situaciones paternas desquiciantes

Voy a hablar de Juls Jr. y de esas experiencias maravillosas que me han enriquecido como persona y como psicópata, esos momentos en los que no sabes si llorar, tirarte por el balcón, o estrangularlo cual Homer Simpson furioso con Bart.





SITUACION 1: Despertándose por la noche

Una de esas experiencias nocturnas que haría que Gandhi cogiese un machete y saliese a las noches de Nueva York buscando pelea con una banda de punkis post-apocalípticos que atormentan a las minorías del barrio por simple diversión y con violencia inusitada.

Situación:
El niño nos despierta por sexta vez, son las 3AM, y le da por pedir un vaso de leche.

Yo (padre):
Me levanto de la cama, voy a la cocina, pongo el vaso de leche, la meto en el microondas, espero, cojo el vaso, vuelvo al cuarto y le digo: "Cariño, la leche."

Respuesta:
"¡No! No quiero leche."

Flash demoníaco:
Le tiro el vaso de leche por la cabeza.

Fin:
Voy al comedor, dejo el vaso de leche en la mesa. Me meto en la cama. Lloro en silencio hasta quedarme dormido.





SITUACIÓN 2: Volviendo a casa

Las salidas para pasar el día fuera con niños son como auténticos paseos por Arallú, el infierno de los babilonios, lleno de momentos penosos, caídas, gritos, lloros, intoxicaciones, violencia, acoso, desdén, humillación y otras lindezas por el estilo.

Situación:
Hemos pasado un día agotador fuera de casa con el niño y decidimos que ya hemos tenido suficiente, así que metemos en el carrito al niño porque esta hecho polvo, pero al cabo de un rato él decide que no le sale de los huevos ir en el carrito y que quiere ir caminando.

Yo (padre):
Si el niño quiere ir caminando habrá que dejarle, no soy un padre autoritario sin sentido, no hay ninguna razón lógica que le impida al niño ir caminando, ¿verdad?
Pues le desato, lo saco del carrito y lo dejo en el suelo.

Respuesta:
"Cógeme. Cógeme. ¡Cógeme!"
Empieza a llorar, se tira al suelo, empieza a patalear...

Flash demoníaco:
Lo cojo del brazo y lo arrastro por la acera durante 20 metros.

Fin:
Lo cojo en brazos y lo llevo lo que haga falta, a pesar de estar destrozado. Me duele la espalda y los riñones. Esta noche voy a tomar pastillas para poder dormir.







SITUACIÓN 3: Huyendo de la autoridad

Juls Jr. no tiene clara la diferencia entre seriedad y juego. El peligro, y ya de paso, la autoridad de sus padres, no es algo que mi hijo tenga en cuenta a la hora de hacer lo que hace. O sea, que se la suda completamente.

Situación:
La familia friki esta caminando por la calle, tranquilamente, paseando, y el niño empieza a alejarse de los padres subrepticiamente mirándolos de reojo...

Yo (padre):
"No te alejes, Jr."
"Quédate cerca de los papas."
"Ven aquí, por favor."
"¡VEN AQUÍ!"
"¡¡¡QUE VENGAS!!!"

Respuesta:
De repente, sale corriendo en dirección contraria sin mirar y sin conciencia ninguna.

Flash demoníaco:
Le pongo unos grilletes en los pies y en el cuello y lo llevo atado con una cadena por la calle mientras lo fustigo con una fina caña de bambú.

Fin:
Salgo corriendo para coger al niño y que no se haga daño, ni lo atropelle un coche. Me tuerzo un tobillo en el proceso. Cuando lo cojo tengo que esperar para recuperar el aliento. Luego lo llevo en brazos para joderme un poquito más la espalda.




Y hasta aquí unas cuantas vivencias desquiciantes del día a día de un padre friki.

Otro día os cuento alguna más.


¡Hasta la vista Frikis!



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